Un poco de mi…
La verdad es que no se si yo la busqué o ella me encontró, pero debo decir que siempre sentí que mi misión en la vida era ayudar a las personas. La historia personal de uno siempre influye y agradezco cada cosa que viví porque me hicieron ser la que hoy soy.
Por cuestiones económicas cuando terminé mi educación media no pude ir a estudiar la «carrera de mis sueños», por eso estudié el profesorado de psicología.
La vida me dio otra oportunidad y al terminar de cursarla, mis papás me ofrecieron la posibilidad de estudiar la licenciatura en Psicología. Amé el cursado, la facultad, los contenidos, las prácticas y todo lo que aprendí.
Cuando terminé de cursar, solo adeudaba la tesis, me volví a mi ciudad y me fui a vivir en pareja.
Fueron muchos años de sometimiento consentido, de postergaciones infinitas de las cosas que amaba, simplemente porque «no tenía tiempo para mi (carrera)». Trabaja muchísimo en distintas escuelas y al regresar a casa me tocaba hacer todo sola.
Tuvimos una hija preciosa, y creo que eso hizo que la relación haya valido la pena para mi. Ser madre me hizo repensar muchas cosas, quería darle a mi hija una mamá feliz y sana. Sin embargo, sentía que ella veía en mi a una mamá frustrada y sometida. En realidad lo sentía yo, y encima no les estaba enseñando a luchar por sus sueños… Lo cual me dolía un montón.
Finalmente el un día nos dejó, y ahí comencé mi liberación.
Desde ahí mi vida cambio y dio un giro de 180°, comencé a transitar un camino de introspección, conocí nuevas herramientas terapéuticas, leí mucho y mi cabeza se abrió. Comencé a respetarme y amarme…
Quizás por eso al poco tiempo de haberme separado comencé a pisar fuerte en la realización de mi tesis, me aprobaron el proyecto y 2 años más tarde me recibí.
En el medio apareció un hombre que me enseñó a mirarme con ternura, que me impulsó a concretar mis sueños. Si me enamoré de él, y formamos una familia, nos casamos, tuvimos dos hijos, un niño y una niña; y construimos nuestra propia casa.
Aprendí a ser resiliente y hoy soy feliz, me siento empoderada, con recursos que antes desconocida que tenía. Hoy elijo poner todo mi aprendizaje al servicio de quienes aun no han descubierto que el gran potencial que tenemos se encuentra en nuestro interior.